Una viga, un pueblo, un porvenir:

Sarnago en el camino de los carreteros

El pasado 14 de junio, Sarnago vivió una jornada inolvidable. Un día que quedará grabado en la memoria de todos los que tuvimos la suerte de compartirlo. Más de noventa comensales, venidos no solo de la comarca, sino de muchos otros rincones de la geografía española, se reunieron en este pequeño gran pueblo de Tierras Altas para celebrar la llegada de una viga. Pero no de una viga cualquiera, sino de una pieza de historia viva.

La jornada comenzó bien temprano en San Pedro Manrique, donde se cargó la viga del siglo XVI —procedente del antiguo Hospital de la Concepción de Burgos— en una carreta. Desde allí, como en los viejos tiempos, se emprendió la subida hasta Sarnago por caminos cargados de historia. Aquella carreta avanzaba lentamente, pero con la dignidad de los oficios perdidos. Al llegar a la plaza, el pueblo entero se volcó en el recibimiento. La descarga de la viga fue todo un acontecimiento, seguida por el tratamiento antixilófagos y, por fin, su colocación en el edificio del futuro Refugio de Sarnago.

Lo que en otro lugar sería un gesto técnico, aquí fue un acto cargado de simbolismo. Porque esta viga, que un día sostuvo los techos de un hospital, hoy se convierte en el corazón de un refugio comunitario. Una pieza de madera que une siglos y territorios, que enlaza Burgos con Soria, el pasado con el futuro.

El acto institucional comenzó con el discurso del presidente de la Asociación Amigos de Sarnago, José Mari Carrascosa, quien recordó la importancia de la memoria, de los caminos, de los oficios y de quienes aún creen en un mañana para nuestros pueblos. Le siguieron las palabras emocionadas de las autoridades presentes (subdelegado del Gobierno, diputado provincial de Cultura, presidente de Mancomunidad de Tierras Altas y alcalde de San Pedro Manrique), que destacaron la ejemplaridad del proyecto del Refugio como símbolo de resiliencia y compromiso rural. También hubo un homenaje especial a los ganaderos de vaca serrana que mantienen viva la tradición en estas tierras, cuidando un paisaje y un modo de vida.

Como parte de la jornada, se llevó a cabo la exhibición de tirada del mayo con tronzador, una tarea que sirvió también para que las vacas serranas tuvieran un tronco que arrastrar hasta la plaza. La imagen fue potente: animales nobles, trabajo colectivo y el eco de costumbres que, lejos de extinguirse, se adaptan a los nuevos tiempos sin perder su esencia.

Durante toda la mañana, cerca de 200 personas pasaron por Sarnago, participando en los diferentes actos. La exhibición de corte de troncos sorprendió por su fuerza y destreza, y el corte con tronzador animó a varios asistentes a poner a prueba su habilidad, haciendo de la tradición una experiencia viva y compartida.

A las tres de la tarde, como manda la costumbre, se sirvió el típico ajo carretero. Bajo la sombra del Refugio, los más de noventa comensales compartieron mesa y mantel en un ambiente de camaradería. Allí se mezclaban vecinos de siempre con visitantes, voluntarios con curiosos, autoridades con amigos. Y en cada conversación, en cada brindis, se escuchaba la misma idea: “Esto hay que repetirlo”.

Porque lo vivido ese día fue mucho más que un evento festivo. Fue una lección viva de cómo se construye futuro desde las raíces. Fue una reivindicación de la madera, de las manos, del hacer juntos. Fue también una invitación a seguir sumando vigas —físicas y humanas— al sueño colectivo que representa el Refugio de Sarnago.

Ese edificio, aún en construcción, será mucho más que un coliving rural. Será espacio cultural, laboratorio de ideas, hogar temporal para quienes buscan otra manera de habitar el mundo. Y será, ante todo, símbolo. Símbolo de que los pueblos, cuando se llenan de compromiso y de cariño, tienen todavía mucho que decir.

La jornada concluyó con emoción, con la sensación de haber asistido a algo que trasciende lo anecdótico. Una viga cruzó caminos, sí, pero también unió tiempos. Unió personas. Unió esperanzas.

En un mundo que corre sin pausa, días como este nos recuerdan que lo importante aún se construye despacio. Con madera, con memoria, con sueños.

Y si el camino es largo, que lo sea. Porque ya hemos demostrado que sabemos caminarlo.

 

 

 

Una jornada con historia: los bueyes, la viga y la memoria

El próximo 14 de junio, Sarnago vivirá una jornada festiva que quedará grabada en la memoria del pueblo y en las vetas de la madera. Junto a la Real Cabaña de Carreteros, reviviremos una escena que bien podría pertenecer a otro siglo: una carreta de bueyes de raza negra serrana —los mismos que aún resisten en estas tierras en dos explotaciones de Sarnago— traerá hasta nuestro refugio una viga del siglo XVI, procedente del antiguo Hospital de la Concepción de Burgos, donada por los carreteros como símbolo de unión entre pasado, presente y futuro.

La mañana girará en torno a esta caminata solemne, este viaje de 5 kilómetros entre San Pedro Manrique y Sarnago, que cualquiera podrá recorrer acompañando a los bueyes en su lento y firme avanzar. Será una procesión sin estandartes, pero cargada de sentido: no es solo madera lo que se traslada, es también historia, esfuerzo, y una forma de entender el mundo.

Ya en el pueblo, la viga será colocada en su nuevo hogar, como si la propia arquitectura de Sarnago abrazara un testimonio del tiempo. A su alrededor, la mañana continuará con exhibiciones de corte de troncos y acarreo, oficios antiguos que aún laten en la memoria de los pueblos.

Y como manda la tradición, culminaremos esta jornada con una comida popular: el ajo carretero, esa receta sencilla y poderosa que “se come al revés”, y que acompañó durante siglos a los hombres y mujeres de caminos y montañas.

Será una mañana para caminar, para compartir, para mirar al pasado con orgullo y al futuro con esperanza.
Sarnago os espera, una vez más, con las puertas abiertas y el corazón en pie.

Actividades más importantes:

«La senda de la memoria: la viga del XVI llega a Sarnago»
Con la Real Cabaña de Carreteros y los bueyes de la raza negra serrana

Programa – Sábado 14 de junio

9:00 h – Salida de la carreta desde San Pedro Manrique

Inicio del recorrido por las calles principales, transportando la viga del siglo XVI procedente del antiguo Hospital de la Concepción de Burgos. La carreta será tirada por bueyes de raza negra serrana, una raza en peligro de extinción que se mantiene viva gracias, entre otros, a dos explotaciones ubicadas en Sarnago.

10:30 h – Llegada a Sarnago

Recepción a los carreteros y acompañantes con pastas y moscatel.

11:00 h – Colocación simbólica de la viga

Ubicación ceremonial de la viga en el espacio del futuro refugio. Un gesto de unión entre historia y esperanza.

11:30 h – Corte y arrastre de un tronco con bueyes

Demostración tradicional de técnicas forestales de antaño.

12:30 h – Exhibición participativa de corte de troncos

Actividad abierta al público para conocer y practicar el trabajo manual de los antiguos carreteros.

14:30 h – Comida popular

Menú a base de ajo carretero, receta tradicional de los caminos y la vida comunal.

 

Comida Popular – Jornada de los Carreteros

Sábado 14 de junio en Sarnago

Para participar en la comida popular (ajo carretero), es necesario apuntarse antes del miércoles 11 de junio.

Precios por persona:

25 Euros

(Menores de 14 años,  gratis)

Formas de pago:

Tarjeta de crédito 

Bizum → Código 06991 (concepto: donativo encuentro Sarnago)

Transferencia bancaria →Número de cuenta: ES69 3017 0160 9522 1293 3028
Titular: Asociación de Amigos de Sarnago

¡No te lo pierdas! Una jornada de tradición, comunidad y memoria compartida.
¡Seguro que será un día inolvidable!