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Por Julita Romera

¿Qué puedo hacer para mejorar el mundo en el que vivo? Esta es una pregunta frecuente en mi cabeza y suelo hacerles caso a las cosas que se me ocurren para mejorarlo. No sé si consigo algo o no (pienso que sí) pero lo que sí sé es que lo intento con todas mis fuerzas y hago todo lo posible por mejorarlo día a día. Durante la cuarentena cada uno de nosotros sintió emociones por todos lados, miedo, incertidumbre, frustración, vulnerabilidad… ¿verdad? Que mal lo hemos pasado todos. Nos ha dejado a flor de piel, desnudos de alma y cuerpo. Fue en esta situación cuando comprendí además de otras muchas cosas, que lo importante son las personas y sin querer, dejándome llevar por esas emociones sucedió todo. ¿Qué puedo hacer para que las personas se den cuenta de que lo importante ahora mismo es cuidar a las personas ESENCIALES? Porque sí… hay esenciales, gente pequeña, insignificante para muchos, pero que en esos momentos han sido lo que han sido siempre y no veíamos… IMPRESCINDIBLES. Una sociedad se construye con gente pequeña, junta, haciéndose más grande y es por esta reflexión y por las cosas que viví desde mi ventana, que de esta pandemia surgió mi pequeña lucha por la defensa de La Sanidad Pública.

Todo empieza en Madrid, parece un azar del destino, pero así es, en la casa de mi tío Paco, hace muchos años. Mi tío trabajaba en una lavandería y las sábanas viejas se las daban para sus cosas. Desafortunadamente mi tío ya no está, pero alguna de esas sábanas viejas de hospital cayó en mis manos en Febrero de 2020.  Todo estaba escrito.

El 15 de marzo por la mañana, mi hermana, ENFERMERA de la UCI del hospital La Princesa de Madrid, me mandó una fotografía en la que se apreciaba su estado de Salud. No hace falta recordar cómo nos encontrábamos en aquellos momentos. Todos estábamos en casa y ella y tantos como ella (sanitarios o no) andaban por ahí como zombis, jugándose la vida con el mismo miedo que teníamos los demás, pero sin muchas opciones para poder elegir. Vivo enfrente de una residencia pública de ancianos. Las primeras noches del confinamiento transcurrían en la ventana y lo que veía me encogía. El silencio era turbador. Las funerarias hacían cola por la noche, el ejército y los servicios municipales desinfectaban por todos lados, ese olor… ese silencio. No sé cómo, a deshoras, me encontré bajando a escondidas a mi coche, tapada hasta arriba con guantes, mascarilla y ropa vieja. Casi sin respirar cogí las sábanas, volví lo más rápido que el miedo me permitió a casa, me desnudé en la cocina (bragas incluidas) y lo   metí todo en la lavadora con mucho asco…que cosas… me duché como si no lo hubiera hecho en 2 meses y bajo el agua lloré, lloré muchísimo. Limpié el suelo que había pisado, el baño, la ducha…todo me parecía poco… y seguía llorando, de noche, a escondidas. Sola.

A la mañana siguiente me descubrí pegando una sábana en la pared de mi cocina. Con pintura de mi pasillo, lápiz de ojos, sombra azul y cuatro pinturas de más, pinté a Mari cruz con todo el amor.  ¡La amo tanto!, lloré TODO mientras lo hacía y qué curioso que desde ese día todo lo vi mejor, porque mirando sus ojos lavé los míos.

Cada tarde a las 20 horas colgaba de mi terraza su retrato gigante sobre la sábana del SACyL, precioso, triste… y desde ese día dejándome llevar por las cosas que veía desde mi ventana, durante el confinamiento observé a las personas esenciales que tenía cerca y las pinté sobre esas sábanas viejas de hospital. 6 sábanas que representan El RESPETO, la CORDIALIDAD, la EMPATÍA, la VALENTíA, la CERCANÍA y la ILUSIÓN. Valores que nos representan también a todos.

Fue así como pensé que quizá si me dedicaba a colgar las sábanas por ahí, por la ciudad, pues a lo mejor … quizá… solo quizá, podría ayudar a personas a entender la importancia de la SANIDAD PUBLICA. Enfermeras, celadores, médicos, auxiliares, la asistencia social, los servicios de urgencias y de limpieza se retratan en esas sábanas viejas de hospital representándonos a todos, con sus miedos, igual que los nuestros, con sus frustraciones, igual que las nuestras, con su vulnerabilidad igual que la nuestra… imprescindibles.

Si paseas y te las encuentras, observa, escúchalas, te hablan… te dicen… SANIDAD PÚBLICA.

Puedes conocer la historia completa en la web www.alpartgata.com LOS OJOS QUE TE MIRAN y si compras el libro que la relata, ayudarás a la Asociación de Alzheimer de Soria.

En este enlace puedes leer más sobre el proceso y el significado de este proyecto

https://alpartgata.com/2020/05/18/covid-19_arte_soria/

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