En el centenario del viaje de Antonio Machado a la Laguna Negra.
A las 20 horas dio comienzo uno de los actos más importantes de este apasionante fin de semana en Sarnago. Un espectáculo de este nivel es muy difícil poder repetirlo, dado los escasos medios económicos de los que dispone la Asociación. La ocasión era única y la afluencia de público lo refrendaba. Mereció la pena el trabajo para traer esta obra coproducida por el Centro Dramático Nacional y Geografías Teatro. El estreno de la obra fue en el Teatro María Guerrero de Madrid y posteriormente hizo gira por los escenarios más importantes de la geografía nacional . Al día siguiente actuaba en Calatañazor y posteriormente, contratado por el Instituto Cervantes de Brasil, tuvo su actuación en Río de Janeiro.
Paso a reproducir una carta enviada por un matrimonio francés que acudió al acto:
Carta de Jacqueline y Claude Lacombe, dirigida a Abel Vitón, que nos hizo una evocación machadiana en Sarnago, “Las Tierras de Alvargonzález”, el 21 de agosto de 2010.En Sarnago, pueblo dormido de las Tierras Altas y El Valle en la Provincia de Soria, tierras que recorrió Antonio Machado cuando fue a la Laguna Negra, escuchamos el relato y el poema “Las Tierras de Alvargonzález” interpretados y cantados por Abel Vitón.
En las Tierras Altas, barridas por un vientecillo tibio de un día de agosto caluroso, se erguía Sarnago ¿dormido? Muchas casas casi vacías, algunos muros y balcones desvencijados, la espadaña de la iglesia venida abajo y las campanas cuidadosamente guardadas en el museo del pueblo podían hacérnoslo pensar.
Pero nos aguardaba una sorpresa y, quizá, Antonio Machado hubiera podido proponer de nuevo, en esta nueva circunstancia, uno de sus cantares (LVIII):
Creí mi hogar apagado
y revolví la ceniza…
Me quemé la mano.
Cuando llegamos a la plaza central, nos encontramos con un grupo de un centenar de personas: hombres, mujeres y niños bien acicalados… Representaban las generaciones actuales de los Sarnagueses que emigraron a las ciudades de Tudela, Logroño, Madrid… y que se habían reunido en el pueblo, llamados por el Internet o el teléfono de la Asociación Amigos de Sarnago festejando sus 30 años de existencia…
Había entre ellos una abuela nacida en una casa que amenazaba ruina ahora, contigua a la plaza…
El pueblo se reconstituía, revivía desde hace dos días , daba la impresión de renacer de sus cenizas pero con la gravedad que infunde el recuerdo.
Un grupo estaba preparando la fiesta de las Móndidas y del Ramo para el día siguiente pero, y sobre todo, este sábado a 21 de agosto, se sentía una gran expectación: Abel Vitón, actor del Centro Dramático Nacional y Geografías Teatro, procedente de Madrid, venía a interpretar, a las ocho, con motivo del centenario del viaje de Antonio Machado a la Laguna Negra, “Las Tierras de Alvargonzález”, un drama del tiempo de la vida campesina en las Tierras Altas, las tierras que a duras penas labraba el hombre para mantener a la familia y en las cuales hacían pacer sus rebaños los pastores.
Abel Vitón, con el traje negro que hubiera podido llevar Antonio Machado, subido al estrado improvisado o pasando entre las sillas, frente al sol del poniente, con la cabellera al viento, se puso a recitar el relato y el poema, leyéndolo a veces, poniendo de realce la obra centenaria en el libro antiguo… Alrededor suyo, más allá de algunas casas fantasmas
… otra vez roca y roca, pedregales
desnudos y pelados serrijones,
la tierra de las águilas caudales,
malezas y jarales,
hierbas monteses, zarzas y cambrones
Orillas del Duero (13-17), citado en la Revista nº3 Sarnago
Consciente del ambiente que rezumaba añoranza y emoción, tal un bardo, Abel Vitón añadía, a ratos, al relato y al poema, una melodía: cantaba el texto a modo de una antigua cantinela de la que guardaron la tradición y el recuerdo los labriegos y los pastores y que los acompañó en sus labores.
Duro relato de un crimen viejo como el mundo, parricida y fratricida, el de Caín y Abel, en una Naturaleza que reniega del malo, el cuento-leyenda de “Las Tierras de Alvargonzález”, los campos malditos, compuesto por Antonio Machado, nos conduce a la Laguna sin fondo, la misteriosa Laguna Negra, no lejos de las fuentes del Duero.
Y nosotros dos, franceses, procedentes de Archignac, en el suroeste de Francia, a unos seiscientos de kilómetros de Sarnago, ¿Qué feliz viento nos empujó hasta el pueblo casi dormido de las Altas Tierras y el Valle, donde actuó Abel Vitón?
Fue una casualidad tan maravillosa como el cuento, una casualidad en la que desempeñaron un papel Pilar y Pedro que encontramos en Castrojeriz. Una invitación suya a Trébago nos hizo encontrar a Conchita y Juan Palomero que nos hablaron de José Mari Carrascosa y de Sarnago. Yo, docente en Francia y enseñando el español, admiradora de Antonio Machado, estuve feliz de acudir, con mi marido, a la invitación de José Mari Carrascosa. Casi no podía creer en mi suerte de poder oír el cuento dicho por Abel Vitón en estas condiciones y me sentí conmovida, al igual que todos los asistentes, al ver al actor sacando del bolsillo de su largo gabán negro un papelito con la última línea escrita por Antonio Machado en Collioure:
Estos días azules y este sol de la infancia
Con nuestros amistosos y respetuosos saludos
Jacqueline y Claude Lacombe
Las tierras de Alvargonzález
(Palabra en el tiempo)
El 22 de febrero de 1939 dejó de ser Machado en el tiempo concreto. Se fue para el último viaje. No murió. ¿Hay algún poeta, algún escritor más vivo en la España de hoy que Don Antonio Machado? Con él dialogamos cada día, en la frescura de su verbo tan vivo como entonces…. Y tan «a la altura de las circunstancias». Machado ha entrado por el gran portón de la historia de la cultura española, pero además su obra la seguimos viviendo todos como algo que nos es dado en lo inmediato, es decir, en lo más próximo de nuestro existir cotidiano. Esa obra no se ha cristalizado, no ha tomado el calor apergaminado de los escritores que cerraron ya su ciclo de incidencia en la vida de los hombres. «Palabra en el tiempo», en nuestro tiempo, sigue siendo la poesía y la prosa, la emoción y el pensamiento de Machado. Es todavía una obra que incita a seguir adelante, a proseguir el trabajo por los senderos que traza, a proseguir el dialogo con el maestro y con los demás.
La indiscutible vigencia de la obra machadiana en nuestro tiempo, su presencia viva, ¿a qué se debe? ¿A que hoy es ayer todavía, en ciertas vertientes estructurales y espirituales de nuestra circunstancia? ¿O más bien a que la obra de don Antonio Machado, como la de todo clásico auténtico, precisamente por haberse creado abrazada al tiempo y al espacio, se ha elevado a un plano humano universal? Probablemente a lo uno y a lo otro…
Partimos de la narración (cuento-leyenda) y el poema La tierra de Alvargonzález Una relación entre la historia que cuenta el campesino en su viaje a la Laguna Negra y el poema que surge de la leyenda. Entrelazado con esta narración, la mirada del poeta sobre Castilla y el paisaje humano: «Campos de Soria», «Por tierras de España», «Orillas del Duero»…
Estamos enfocando y dirigiendo nuestro interés sobre la realización de un cuadro sonoro muy específico sobre el entorno natural de Castilla. Porque creemos que la incidencia de la palabra con el espacio sonoro nos ayuda a crear esa suprarrealidad que acontece en todo hecho poético.
Abel Vitón y Jeaninne Mestre