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Este año era especial porque por fin podíamos volver a la normalidad después de dos años de pandemia había ganas de fiesta y se notó por la gran afluencia de público y por lo bonito que quedó todo.

El sábado, después de comer, fuimos a cortar el Ramo, lo llevamos al pueblo y allí se «vistió» con las flores, los pañuelos y el azafrán (los roscos se pusieron el domingo a la mañana).

El domingo se preparó chocolate que junto con los rosquillos sirvieron para invitar a todos los que iban viniendo al pueblo (también para os del pueblo, je, je..). Después recorrido por el pueblo con la giganta y gaiteros invitando a la gente que se sumara a la fiesta. A casa de las móndidas con el Mozo del Ramo para que se sintiera acompañado a la hora de recogerlas. En la plaza se recogen los cestaños y el ramo y para la iglesia. Seguidamente procesión y misa.

A las 12 Asamblea General de Socios, al terminar aperitivo y entrega de nuestro icono, la réplica de una móndida, al socio de más edad; este año le correspondía a Valentín Carrascosa que disculpó su ausencia (preparamos otro obsequio y con posterioridad se lo enviamos a su domicilio). Como Valentín no pudo acudir, corrimos turno y en este caso el reconocimiento fue para Andrés Jiménez que rodeado de la familia y muy emocionado recogió el detalle.

A la tarde la parte más emotiva de la fiesta. Con la Salve y al terminar, en la plaza, el Ramo por la ventana, la lucha de los despojos del mismo en la plaza de los del barrio de arriba contra el barrio de abajo. Y como colofón las cuartetas desde la ventana del antiguo ayuntamiento.

Rosquillos y moscatel ara todos y música fin de fiesta.

FOTOS DE LAS MÓNDIDAS Y EL RAMO (Marcos Carrascosa)

Cuartetas de nuestras móndidas en formato PDF

Belén Belmonte Gascón Cristina Jiménez Ayerra Barda Berdonces González

El Ramo y la fiesta

Las cuartetas