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Recuperar el pueblo desde la cultura, mesa redonda

Para el Miércoles 21 teníamos programado esta mesa redonda, pero como dice el dicho castellano “el hombre propone y Dios dispone”. Por una serie de circunstancias tuvimos que ir adaptándonos al nuevo escenario. En primer lugar el autobús de Presura 2019 no pudo acudir debido a una avería inoportuna, así como Joaquín Alcalde (coordinador del Hueco), este fue sustituido magníficamente por Roberto Ortega. Mercedes Álvarez a última hora disculpó su ausencia por motivos personales.

Nos apañamos con lo que teníamos y quedó un tarde de un gran nivel con Roberto Ortega, Gloria Rubio (artista plástica) y Guillermo López (director de la revista Salvaje).Desde hace ya unos años que llevamos pensado, y actuando en este sentido, que algunos pueblos podían volver a tener más vida si introducíamos la cultura entre sus actividades. Este fue el principal motivo de programar esta mesa redonda en la que diferentes artistas y profesionales del sector nos pudiesen hablar de sus experiencias y propusieran alternativas diferentes para poder vivir o realizar sus proyectos en un pueblo pequeño. La experiencia fue del todo interesante y enriquecedora. La tarde dio para escuchar las propuestas personales de los ponentes y alguna sugerencia más que propuso alguno de los asistentes al acto.

El autobús que fue sin ir

Por Roberto Ortega (Director de Comunicación de El Hueco y Presura)

El Autobús de la Repoblación no pudo llegar a Sarnago este verano. El viejo vehículo con el que estábamos recorriendo España llevando un mensaje de Orgullo Rural había tenido algunos achaques mecánicos y tuvo que pasar por talleres, justo, vaya por Dios, en la semana en la que Sarnago celebraba su conocida semana cultural. Una lástima porque queríamos hacer una cosa muy bonita: que las Móndidas llegarán en él. Otra vez será.

En cualquier caso, el 21 de agosto sí que estuvimos en el pueblo, participando en una mesa redonda sobre ese alfa y omega de todas nuestras cuitas: la despoblación. O mejor dicho, la repoblación, que la perspectiva es muy importante. Por parte de El Hueco y de la feria Presura (en la que luego participaría Tierras Altas) estuve yo mismo, para moderar una mesa en la que estuvieron la artista Gloria Rubio Largo y Guillermo López, director de la revista ‘Salvaje’.

Fue un placer ver la plaza llena y a los vecinos escuchándonos con atención y participando con preguntas, que intentamos responder. Pero el placer de verdad fue apoyar las actividades de la Asociación de Amigos de Sarnago, que cumple cuarenta añazos de lucha por su pueblo. ¡Felicidades!

Hace un tiempo escribí esto: “Si en Soria hubiera, pongamos por caso, ochenta asociaciones como la de Sarnago, esta provincia sería muy diferente (…) La Asociación de Amigos de Sarnago es un ejemplo memorable, que si lo clonáramos lograría cambiar la faz de muchos pueblos olvidados Soria”.

Sigo opinando lo mismo.

 

Cultura activa en los pueblos pequeños

 Por Gloria Rubio Largo, artista plástica y visual

Hoy es 20 de marzo de 2020, nunca imaginé que cuando escribiera este texto estaríamos en esta situación de encierro, cada cual, en su casa, estado de alarma declarado por la pandemia del coronavirus. Escribo este texto desde donde estoy “mi casa” “mi estudio” “mi refugio” el lugar que me he creado yo misma integrado en el mundo rural, mi hogar, en el que me siento a gusto sino fuera por la imposición de no salir y la preocupación que tengo por mis familiares y por la sociedad en general.

Me invitó José Mari Carrascosa a ser ponente, en una mesa de invitados excepcional, en la semana cultural de Sarnago el 21 de agosto de 2019. Un placer asistir, para hablar de la recuperación de los pueblos a través de la cultura. La cultura puede hacer reflexionar sobre la recuperación y ayudar a dinamizar los pueblos. Intento poner mi granito de arena en este ámbito y expliqué en esa plaza llena de gente dos proyectos artísticos que están vinculados a lo rural. Los creo, posiblemente, porque vivo en un pueblo y conozco bien esa realidad, aunque también confesé allí mismo que vivo de la ciudad, ya que lo que me da de comer es la docencia.

Intenté explicar mis proyectos artísticos en el ámbito rural y como ya estuve otro año, junto con Julio Llamazares, José Manuel Navia y Mercedes Álvarez…, hablando de “Vacíos del pasado”, lo nombré brevemente. Se trata de una intervención artística efímera en pueblos en vías de abandono. Situó siluetas negras de fieltro en las paredes de las casas abandonadas que son la sombra de los que se fueron: está la sombra, pero no la persona. Con este proyecto trato de hacer reflexionar al espectador sobre la despoblación y los nuevos modos de vida. En estos momentos difíciles donde las personas que viven en espacios reducidos sin salida al aire libre lo están pasando mal deberíamos más que nunca repensar nuestros hogares, como lo que son, sitios para estar, disfrutar y vivir. Deberíamos repensar las ciudades, como sitios para convivir.

Me centré en contar un proyecto mural que hemos hecho en Fuentestrún, pueblo que la mayoría de Sarnago conocen ya que pasan por la carretera comarcal si van hacia Aragón o Navarra. Es el pueblo de mis antepasados, de mi madre y al que voy con asiduidad. Fuentestrún es un pueblo de la “España Vaciada “que sabe mucho de emigración, fue muy dura en todas las familias desde los años 30 y más endurecida desde los años 60: Madrid, Bilbao, Zaragoza, Barcelona, Galicia y Santiago de Chile han sido los principales destinos. En Santiago de Chile hay una comunidad tan grande que en algunas elecciones había más votantes en este país que en propio pueblo. Algunas familias viven en la capital soriana, pero son pocas.

La asociación cultural de Fuentestrún “El portigao” me propuso hacer un mural y dije que si, porque no se casi decir que “no”. La asociación ha pedido los permisos necesarios al propietario y al Ayuntamiento. Ha pagado el material y los almuerzos de los nuevos pintores. Se ha realizado en una nave de cerdos que no se utiliza de unos 50 metros de longitud. La realización del mural ha sido colectiva y voluntaria, la mayoría nunca habían cogido una brocha y si lo habían hecho sólo para pintar de un solo color en las paredes de su casa. Me he sentido como una directora de orquesta, imposible hubiera sido sin tantos colaboradores. Los colores son alegres, azules y naranjas para dar un aspecto positivo al mensaje y son un poco desaturados para que se integre bien en el paisaje. El mural tiene de fondo unas raíces dibujadas por todos. Se superponen las siluetas de los propios vecinos, sean estacionales o permanentes y un texto escrito a gran tamaño en la pared que delata el objetivo comunicativo que se quiere aportar, el orgullo de nuestros orígenes. “Nuestras raíces están aquí”.

En Fuentestrún no quedan casi vecinos, pero muchos descendientes vuelven al pueblo en época vacacional y existe un gran sentimiento de apego. El mural tiene un mensaje positivo. La intuición es el motor del alma y esta frase “Nuestras raíces están aquí” toca la fibra sensible de los vecinos e incluso de todos aquellos que pasan y tienen raíces en algún pueblo.

En esta asociación hay varias personas muy activas que yo defino como “locas por su pueblo” que incitan a los demás a colaborar y a dinamizar desde la cultura y otras actividades comunes. En Sarnago, José Mari es esa persona que yo defino como “loco por su pueblo”. Sólo tendrán salvación los pueblos que tengan esa figura y Sarnago es uno de esos pueblos desahuciados que sobrevivirá gracias a él y a los vecinos que le apoyan. Imagino que quien lee esto son mayoritariamente implicados en el pueblo, cuidadle, que no se canse, ayudadle y ojala haya más locos por Sarnago. Y cuando volvamos a la normalidad y podáis salir de vuestras casas, si pasáis por Fuentestrún parad un momento el coche par ver el mural.

AQUÍ puedes ver fotos del acto