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Presentación de la revista nº 7

Como estaba programado, a las 19:30 horas dio comienzo el acto. Para nosotros es uno de los más importantes por su simbolismo, en el año 2007 comenzamos con la semana cultural y la presentación de la revista fue el único acto que contábamos. Este año queríamos que fuese especial y elegimos a un gran amigo de esta tierra, D. Manuel Castelló. Después de varios años intentando traer la banda de Música de Dolores (Alicante) para que interpretaran las obras que el maestro había compuesto relativas a Sarnago y Tierras Altas, este año ¡¡¡por fin!!! se había conseguido.

Tomó la palabra el presidente y presentó al anfitrión. Seguidamente habló de la parte más técnica de la revista, este año con más páginas que nunca (76), de los numerosos colaboradores, de la diversidad de artículos, etc… Como homenaje y reconocimiento a todos nuestros amigos anunciantes pasó a enumerar uno a uno. Pasó la palabra a Manuel Castelló que tenía preparado un sencillo pero muy bien estructurado discurso que reproducimos más abajo. Una vez terminada la intervención de D. Manuel, nuestro amigo y colaborador Miguel Ángel San Miguel quiso hacer una donación de libros a la asociación para la biblioteca que poco a poco vamos llenando.

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Texto preparado por D. Manuel Castelló

Buenas tardes.

Antes de nada quiero presentarme, puesto que muchos, la mayoría sólo me conocen  de verme por aquí de vez en cuando disfrutando de vuestro entorno que de vez en vez me lo apropio cómo algo de mi propiedad, pero así es Sarnago, La Alcarama “tierra de nadie, tierra de todos” y un servidor ha aprovechado ese lema para irrumpir en vuestro rudo y bravo territorio como el más fino de los ladrones, aprovechándome de vuestro bellísimo paisaje, vuestra música vernácula, utilizándolos para componer mis obras que ya son unas cuantas y si Dios lo permite y con vuestro permiso aún serán unas pocas más.

Mi nombre es Manuel y soy de Agost un pueblecito de Alicante, allí nací y pase la niñez, pubertad y primera juventud. En mi pueblo natal sólo se podían ser tres cosas: alfarero desde los tiempos de los fenicios, agricultor desde siempre y músico, un servidor ha pasado por todos los oficios, pero ocurrió que, cinco de las musas hijas de Zeus Olímpico y Mnemónide (diosa de la memoria): Euterpe, Clío, Erató, Urania y Calíope se unieron un día en mi Contestania Ibérica y decidieron que, Manuel, un servidor, abandonara aquellos oficios infundiéndome el amor a la belleza, la historia, la poesía, la didáctica y la música, esta última la que ha sido mi forma de vida a y la que me he dedicado en cuerpo y alma. ¡Gracias por ello!

Conozco Soria y su provincia desde el año 1966, en 1967 conocí a una chica que ha sido mi compañera desde entonces; nos casamos en la iglesia del Mirón, al lado mismo de uno de los miradores más románticos de Soria. Cuando llegué por primera vez a la ciudad, era una ciudad provinciana menos de la mitad de lo que es hoy: no se habían edificado ninguno de los dos hospitales, la estación del ferrocarril llegaba dentro de la ciudad con sus grandes montones de madera de las explotaciones forestales de RENFE, el barrio más apartado era la barriada de Yagüe, la gente se bañaba en el Soto Playa, Eras de Santa Bárbara donde está el moderno hospital estaba sembrado de trigo….en fin, que he visto crecer la ciudad con gran  satisfacción, pero, no me daba cuenta de que al mismo tiempo los pueblos disminuían llegando muchísimos a quedar totalmente abandonados cómo es el caso de Sarnago.

Conocí Tierras Altas cuando siendo profesor de la Banda Municipal y Orquesta Sinfónica de Bilbao, me desplazaba en mis breves permisos de un fin de semana al mes, para pelar la pava con la chica de mis sueños, había que pasar en el autobús por Piqueras u Oncala para ir a Logroño o Vitoria según el trayecto, desde allí trasbordar a otro autobús que me llevaba hasta Bilbao, así que se me pasaba la mayor parte del permiso en el viaje, pero así era por  la ilusión y el amor que todo lo puede y lo soporta. En aquella época solo pensaba de Soria en mi chica, Machado, Gerardo Diego, Bécquer, Escipión, el Cid, Almanzor…. Y las ciudades de Ágreda, Medinaceli, Gormaz, Calatañazor, Numancia … siendo así que  las tierras por las que transitaba mirándolas desde el autobús no tenían más significado que lo que veía “Tierras de labor con sus pocos aldeanos” más tarde descubrí la verdad, el lado humano de las gentes de esas tierras con su historia, modo de vida, problemas, sueños… y dejé de mirar con los ojos físicos para ver con los del corazón, eso sí era ver pues “no hay mayor ciego que quién no quiere ver” entonces comencé a enterarme que, aquellos barrios de chabolas que yo conocí en Madrid como Entrevías, y que visitaba todos los sábados con unos amigos que formaron una asociación de ayuda al necesitado (ONGes se llaman ahora) estaban formados por esas gentes que habían sido desalojadas de su tierra, la tierra de sus ancestros, engañados por unas falsas promesas y quimeras que quizás nunca lograrían, puesto que en Madrid, Barcelona o Bilbao no se ataban los perros con longaniza, que la vida era igual de difícil y dura para los pobres en todos los sitios, pero en la ciudad tenían el agravante de estar fuera de su entorno habitual, pues nadie necesitaba de los servicios que podía ofrecer un agricultor, pastor, leñador o porquero, y entonces comenzó el verdadero calvario de aquellas buenas gentes de las que nadie se ocupó después de desalojarles a bajo precio y engañarles,  pues muy  a menudo tenían que vivir entre chorizos, rateros, mendigos y hampones cuando en su tierra pese a su humildad, eran verdaderos señores, honrados, respetados y queridos por todos; pero en la adversidad había que hacer frente a todo, y el soriano en eso de hacer frente a las inclemencias me consta que nunca ha fracasado, ha sido y es especialista en la sobrevivencia.

Pero, ¿qué es Sarnago? ¿cómo su revista? ¿Por qué, para qué una revista, esta revista que tengo en mis manos y el inmerecido honor de presentar? pues conozco la obra literaria de los anteriores presentadores y creo no merecer tal honor, pero en fin ahí va.  Sarnago es un pueblo singular en el que sus gentes se han empeñado en que no desparezca, y de hecho se está consiguiendo, de ninguna manera es un pueblo fantasma pues el espíritu de sus gentes mora en cada rincón de sus casas aún de las que están destruidas que son la mayoría de ellas, su poético entorno, sus atardeceres, sus policromadas puestas de sol que me enamoran, la alegría de sus gentes, su acogida cuando alguien cómo un servidor se acercan por allí a conocerlos… es algo que quien lo descubre ya nunca  lo olvida, permanece siempre en su consciencia y subconsciente.

La sociedad “AMIGOS DE SARNAGO” no es una moda nueva, cómo algún personaje insensible y trasnochado se ha atrevido a decir, ésta sociedad es una asociación viva, con ilusión, con el sueño de ver otra vez el pueblo, su pueblo, el de sus ancestros con la vida normal de todos los pueblos, difícil dadas las circunstancias, pero no imposible, ahí están sus más de cien socios sin contar a un servidor que a partir de este momento se inscribe cómo tal si ellos se dignan admitirme, en caso contrario, apelaré a mi amistad con su presidente el incombustible José Mari Carrascosa para que interceda por un servidor y ser admitido.

La revista es algo único, capaz de seducir al más escéptico, sus artículos variados y muchos de ellos de un gran valor literario, pese a tratar todos de los mismos temas, pero es que “Tierras Altas” da para mucho, es un filón difícil de agotar, si no que se lo pregunten a este servidor que siempre encuentra temas para sus obras que ya son unas cuantas y sin posible final. Sus plumas de lo más exquisito del castellanismo, de estar ubicado el pueblo en mi tierra levantina, tratarían la literatura de Abel Hernández, Julio Llamazares, Isabel Goig….como literatura nacionalista, nada más lejano, pero es que este terruño da para mucho, cómo antes he dicho es un potosí inagotable. No creo necesario hacer un recorrido por sus páginas pues creo que es muchísimo mejor ir descubriéndolas con su amable lectura a la cual invito a todos con la completa seguridad de que disfrutarán de unos artículos dignos de la mejor de las revistas y con interesantísimos temas que reconoceremos cómo propios.

Para terminar hablaré de lo que menos entiendo pese a haberme pasado la vida en ello “LA MÚSICA POPULAR SORIANA” así con mayúsculas. Se piensa en España, se tiene la convicción, que Soria no tiene temas musicales, cancionero popular, y nada más falso puesto que nuestra provincia tiene nada menos que 360 temas musicales registrados en nuestro cancionero, y otros muchos que no figuran en el, algunos de ellos en mi poder regalo de mis amigos sorianos, y en “TIERRAS ALTAS” hay nada menos que 55 temas musicales, 26 en la zona de San Pedro Manrique, 9 en la de Santa Cruz de Yanguas y 20 en la de Yanguas; de ellas corresponden ocho a Sarnago cuyos títulos: Las Flores, Estaba San Juan de Dios, Al Pasar el Arroyo, Tan! Tan! Llaman a la puerta, Golondín, golondán, El Juego de la Baraja, Caminito de Roma y Madre Francisco no viene, he puesto en solfa. Entre todos esos temas hay uno de Yanguas que también lo he musicado su título “Que noche tan bella” título que forma parte de mi obra por “Tierras Altas” en un recorrido folclórico-sinfónico general de la música de esta tierra que tanto me enamora. Este tema me impresionó pues en un sentido diálogo entre una madre y su hija enferma, se penetra en la forma de ser, de pensar, sentir y posicionarse ante la vida y la muerte de las gentes de Castilla, del alma castellana, sin tapujos, con toda la rudeza, desnudez y franqueza de su límpido vocabulario vernáculo.

Espero que esta revista no sea la última, y para ello quiero agradecer su colaboración a los patrocinadores pues sin ellos no sería posible llevarla a cabo, y una vez más a los Amigos de Sarnago y a su presidente José Mari Carrascosa, alma mater de este proyecto por y para Sarnago, por permitirme presentar públicamente este trozo de vuestro corazón que es la revista SARNAGO.

Muchas gracias y buenas noches