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Acabado el invierno continuamos con los trabajos para dotar al pueblo del espacio coworking y vivienda de alquiler, creemos que este espacio puede ser un antes y un después en la recuperación del pueblo.

A las 8 de la mañana ya estábamos preparados para comenzar este día de Viernes Santo. Alrededor de 20 personas nos dimos cita para poner en marcha las hormigoneras. Primeramente amasamos hormigón para terminar la solera que nos había quedado en la anterior hacendera. Los más expertos estuvieron marcando y poniendo los regles y cordel para posteriormente ir levantando hilas de bloques de termoarcilla de 14 cm para construir un para de paredes medianiles con las edificaciones vecinas.

A las 10 horas paramos para degustar unas migas pastoriles, tomar un café y continuar hasta las 14:30 con el trabajo. Como siempre salen contratiempos, tuvimos un par de varias con las conducciones de agua limpia y sucia que se pudieron solventar gracias al buen hacer de alguno de lo socios ducho en la materia de fontanería.

A las 15 horas dimos por finalizada la jornada alrededor de la mesa con una paella de marisco y ensaladas. Estos momentos de relax y buen ambiente alrededor de la comida salen nuevos proyectos que iremos informando.

Pulsa AQUÍ para poder ver fotos de la misma

 

Nuestra amiga y socia Isabel Goig escribe esto:

Es necesario tener mucho amor a un pueblo y muchas ganas de rehabilitarlo, para aprovechar los días de descanso de sus habituales trabajos y dedicarlos a una labor comunitaria como son las hacenderas que, por otra parte, ya no son obligatorias como antaño. Lo de Sarnago es un fenómeno que se estudiará con el tiempo por el afán de superación de los sarnagueses. Por que una cosa es reunirse a bailar y comer una paella y otra muy distinta hacer lo que ellos hacen. Con los años Sarnago será, por lo menos, un monumento a la voluntad y al empeño. Hace ya 44 años que falleció el último habitante y, desde entonces, cada año que pasa con más ahínco, mayores, jóvenes y niños están unidos en la común querencia de no dejarlo caer, muy al contrario, levantarlo y hacer de él un lugar de habitación pero también de encuentro.

Mediante hacenderas cambiaron la instalación eléctrica, condujeron el agua, restauraron y convirtieron las viejas escuelas en salón multiusos, el lavadero en biblioteca, construyeron un horno, una calera, reforestaron el entorno, adaptaron un espacio para convertirlo en plaza, en fin, tantos y tantos logros de los que ya hemos ido dando cuenta a través de nuestra web. Y, pese a todo esto, todavía han de batallar contra la incomprensión y la intolerancia de otros pueblos que ven en sus actos pasatiempos sin importancia. Tampoco han podido conseguir hasta la fecha la cesión de la iglesia para que deje de ser una ruina y se convierta en un edificio con la dignidad que se merece. A la vez que se lleva a cabo el trabajo comunitario, los antiguos habitantes van restaurando sus viviendas y ya son 25 las habitables.

La hacendera del pasado viernes 7 de abril, se ha centrado en continuar la construcción de un espacio para trabajo o tele trabajo compartido, lo que se ha dado el llamar coworking, que también contará con vivienda. El problema aparece cuando necesitan dinero para materiales, ya que ninguna administración apoya el proyecto. Para tratar de subsanarlo harán una campaña a fin de conseguir financiación colectiva on line o, como se la denomina en la actualidad, crowdfunding.