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Presentación del libro recopilatorio del I Concurso Literario «Abel Hernández» en Tudela

En el corazón de Tudela, entre calles que guardan memoria y palabras que buscan hogar, la Casa del Almirante abrirá sus puertas para acoger un acto cargado de raíces, letras y caminos compartidos.

El próximo viernes 21 de marzo de 2025, a las 19:00 horas, nos reuniremos para presentar el libro recopilatorio del I Concurso Literario «Abel Hernández», un homenaje a las historias tejidas entre la lana y el polvo de las cañadas, relatos de ovejas y trashumancia, de silencios rotos y voces que renacen desde la memoria de nuestros pueblos.

Acompañados por los escritores Pepe Alfaro y Víctor Ángulo, y con la presencia de Rafael de la Torre, ganador de esta primera edición, recorreremos las palabras que brotaron inspiradas por una imagen, una fotografía que habló al alma de cada participante. Además, contaremos con la presencia del pintor Ismael Loperena, quien presentará su obra inspirada en Sarnago

Será un encuentro donde la literatura y la memoria rural se abrazan, donde cada página es un puente entre lo que fuimos y lo que seremos, entre la nostalgia y la esperanza, entre la tierra que pisa el ganado y el cielo que lo cobija.

También tendremos la oportunidad para escuchar en vivo la lectura de algunos de los textos participantes.

Invitamos a todos los amantes de la cultura, la palabra y la vida de los pueblos a acompañarnos en este acto, porque cada historia escrita es un paso más en la senda de no olvidar.

Casa del Almirante
C/ Rua, 13 – Tudela (Navarra)
21 de marzo de 2025 – 19:00 horas

Sarnago y Tudela se dan la mano en esta cita, donde la literatura es un acto de resistencia y de amor.

 


Presentamos en Tudela, viernes 21 de marzo de 2025

Palabras en la penumbra

No era una multitud, pero sí un refugio. Un puñado de sillas ocupadas por rostros atentos, por miradas que buscaban entre las páginas de un libro recién nacido. Afuera, la ciudad seguía su ritmo, indiferente, pero dentro de aquella sala, en el corazón de Tudela, se tejía algo más grande que la simple presentación de un libro: se celebraba la memoria, la palabra, la resistencia de un pueblo contra el olvido.

José Mari Carrascosa hablaba con la calma de quien ha aprendido a luchar contra el tiempo. A su lado, los escritores Pepe Alfaro y Víctor Angulo desgranaban historias, como quien va dejando migas de pan en un sendero que conduce a un lugar aún por descubrir. Ismael Loperena no había podido llegar. Tampoco el ganador del concurso, Rafa de la Torre. Pero sus presencias flotaban en el ambiente, atrapadas en las páginas que se abrían, en las palabras que otros leían en su lugar.

Las voces llenaban la estancia. Relatos que habían nacido de una fotografía, de un instante congelado en la memoria, cobraban vida en labios ajenos. Algunas historias eran melancólicas, otras rebeldes, otras suaves como una caricia en la niebla. Y luego estaban los podcasts, voces lejanas que llegaban desde otros rincones, como si el eco de Sarnago se hubiera colado en un hilo invisible de ondas y recuerdos.

No importaba el número de asistentes. Importaba la vibración en el aire, el instante compartido, la certeza de que, al pronunciar un nombre olvidado, al sostener un libro en las manos, algo de Sarnago despertaba en cada uno de ellos.

Al final, se habló del futuro. De la II edición del concurso, de nuevas voces que aún no sabían que escribirían sobre un pueblo donde el tiempo es obstinado y la esperanza se aferra con uñas y dientes.

Cuando todo terminó, la sala quedó en silencio. Afuera, la ciudad seguía sin saberlo, pero allí dentro, por un momento, Sarnago había estado más vivo que nunca.