Trinidad 2024

La Fiesta de la Trinidad 2024, día del socio

En el corazón de Sarnago, donde las piedras susurran historias antiguas y el viento acaricia las memorias del tiempo, la Fiesta de la Trinidad floreció con el esplendor de la tradición y el calor de la comunidad.

El Sábado, 25 de mayo de 2024

Una vez terminada la hacendera que habíamos convocado para todo el día con gran afluencia de socios y simpatizantes donde se logró avanzar mucho en “El refugio de Sarnago, más que un coliving”

Al caer la noche, la cena del socio transformó las Escuelas en un festín de sabores y memorias. Las mesas, vestidas con manjares locales, se convirtieron en testigos de conversaciones llenas de recuerdos y promesas. Las estrellas y la luna llena, cómplices silenciosas, observaron desde el cielo claro, mientras el vino y las risas fluyeron como ríos de alegría.

**Domingo, 26 de mayo de 2024**

El amanecer de la Trinidad trajo consigo un aire de solemnidad y celebración. La procesión laica con la Virgen del Monte comenzó  a las 12 del mediodía. Desde la plaza, la figura emprendió su camino, llevada por corazones devotos y manos reverentes. Los caminos de Sarnago, envueltos en un aura de nostalgia, recibieron los pasos de los peregrinos. Acompañados en todo el recorrido con música celta elegida para la ocasión.

Subiendo por la Cruz del Cerro, la procesión avanzó con un ritmo pausado, donde cada paso era un suspiro del pasado. Los murmullos del viento traían ecos de voces antiguas, y las flores, en sus manos temblorosas, se convertían en ofrendas de amor eterno. En la cima, frente a lo que antiguamente era la hornacina donde se custodiaba la imagen (desaparecida), se erigió un homenaje silencioso a los antepasados, cuyas vidas y sacrificios tejieron el tejido de la comunidad. Se leyeron unas poesías relativas a este momento mágico y al terminar se escuchó la canción Somos de José Antonio Labordeta llenando de emoción todo el ambiente.

Se deshizo el camino andado escuchando música celta y la canción La aldaba de Labordeta.

Y al finalizar, un vermu en la plaza marcó el epílogo festivo. Las melodías tradicionales, interpretadas con pasión y destreza, llenaron el aire con notas de alegría y melancolía. Las copas, alzadas en brindis sinceros, reflejaron la luz de un sol ya alto, que bendecía el encuentro con su cálida presencia.

Así, la Fiesta de la Trinidad 2024 en Sarnago se cerró, no como un capítulo que concluye, sino como una promesa renovada de que la memoria y el amor por la tierra perduran. En cada piedra, en cada risa, en cada lágrima, la esencia de Sarnago permanece viva, iluminando el camino hacia el futuro con la luz del pasado.

  Fotos de los actos (varios autores)

 

 

 

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